noviembre 20, 2010

Llamada.

Objetos comunicantes
 Las lámparas tejen sombras que envuelven las noches de domingo.

Una lágrima, no se detiene ante las personas que miran atentamente su recorrido por mi mejilla, hasta la loseta gris que la absorbe.
Los sonidos silenciaron, pero los murmullos aún taladran mis sentidos.
 
Por un momento, pensé que había equivocado tu número telefónico, por un momento, hubiera deseado que ese instante no existiera.

La lluvia cae sin piedad.

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