junio 19, 2010

El impulso de la lengua II: Miroslav Krleža



Miroslav Krleža  Pronunciación: [mîroslaʋ křleʒa]
(Zagreb, 7 de julio de 1893  29 de diciembre de 1981)
Anhelo

Sucede eso en la noche de otoño,
cuando caen castaños sobre el asfalto
y cuando se oyen los perros a lo lejos
y cuando es tan indescriptible el anhelo por alguien,
quien sería bueno, nuestro, cercano, íntimo, amigo
y a quien podríamos escribirle una carta.
Le confesaríamos todo lo que hay dentro de nosotros.
Una carta le escribiríamos pero él no está.


Canto de otoño

Alguien desconocido trajo Otoño
al Cuarto del Norte.

Oh, ahora; cuando todo es color; vendimia
y el olor de los vinos,
y cuando se oye la canción: Cosas y Aves de corral
y cuando los muertos gritan de anhelo en sus tumbas.

Alguien Desconocido trajo Otoño en bandeja de plata a la habitación:
uvas y peras, manzanas e higos.


Y afuera humean los charcos 
de jugo solar,
y se oye a través de la ventana
  donde en alguna parte
       de la seda del día
          canta una mujer.
 Y trinan los pájaros.


Soledad otoñal

Más veces solo, más veces locamente solo,
más ajeno y más triste,
más oscuro, más vergonzoso, todo se vuelve más feo.

Más frío, más nefasto, más helado,
soledad vacía, de otoño
y se está volviendo más otoñal.


Caos
Nos aplastará a todos algo Negro y Cruel,
y todos nosotros caeremos.
¡Oh!, de ésta nunca podremos salir,
de ésta nadie nos curará,
Nos aplastará a todos algo negro y cruel,
a nosotros,
que perecemos hoy.

En sangrante sarcasmo del día nebuloso
nos llora el alma
medio muerta persigue molinos de viento.

Batimos con lanza algo que no existe,
y cuando el farol de mentiras ha dejado de alumbrar, 
nosotros vemos claro y nos da miedo morir.

Y así luego como armadura parimos a Dios y a la música.

En vano Buda, Cristo, Mahler y Skriabin.
A nosotros nos muele el caos loco, terrible y eterno.

Guerra
(Fragmento)

Noche.
Ahora reina la Oscuridad,
y la gente tristemente grita en un sueño sangriento,
en la lejanía neblinosa los trenes lloran
como perros.
Dentro de un vaso sobre la mesa florece una rosa negra.
Ahora reina la Oscuridad
y se siente cómo se apaga la luz del dios blanco.

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