octubre 18, 2007

Elfriede Jelinek y más palabras.

Algo inesperado. Esta mañana; cuando me levante del roído sillón donde mí comprimida humanidad permaneció toda la noche; me dolían las nalgas, el sentido común y la creatividad. Cerré mi Lap top y camine entumida hacía la ventana, un perro miaba sobre la llanta del automovil de mi vecino, el sol se incorporaba imponente en el cielo y me dio la sensación de que estaba a punto de desaparecer. Finalmente: la mañana me había sorprendido. Inevitablemente: la ciudad empezaba a murmurar su caótica cotidianidad. Me serví jugo de naranja en el único vaso limpio que había quedado el fin de semana, mire el reloj…esta vez sería sin vodka. Tenia un poco menos de cuarenta minutos para unirme al enjambre de abejorros del proletariado que mantenían esta ciudad en el sistema. La regadera escupía borbotones de agua fría sobre mi cuerpo, suspire resignada, que más da. Doris Lessing había esperado 30 años por el Nóbel, por que no esperar una semana más a los desgraciados del gas, hay alguien que sigue ahí sentado con la mirada extraviada esperando a Godot.
Veinte para las nueve y yo seguía entumida, una sensación de envidia me recorrió la espalda al ver al gato dormido placidamente sobre varios libros que había adquirido el fin de semana. “La palabra disfrazada de carne” un libro de ensayos de la austriaca Elfriede Jelinek en torno al poder de la palabra, la incapacidad del lenguaje, el abuso de la lengua, el fanatismo religioso, la fascinación por las tradiciones filosóficas y literarias en la lengua alemana, la mujer. El discurso de recepción del Nóbel; podría dejar de ir a trabajar por quedarme a leerlo, incluso, aquí desnuda y con el culo entumido; también habla de David Lynch cine y Franz Schubert. Es una editorial independiente: Gato Negro la editorial que tiene los derechos de estos textos y esta a cargo de Herwig Weber. Quince minutos para las nueve y yo sin calcetines. ¿Se los habrá llevado Pix? FUENTE: http://milentedentrodeunvasoconvodka.blogspot.com/ «þì×ïè_©_Ðùrðëµ» Administradora del famoso grupo virtual ¤♀¤ £l ©ïrÇø ìµvi§ißlê ¤♀¤ ® en una reunión con su administrador adjunto el pasado fin de semana roba preciado calcetín de Emmiux! “No paraba de olerlo y no quise ser mala anfitriona, creí era necesario para el bien del grupo…No quisiera tomar represalias en ningún sentido, pero es algo que me ha dolido profundamente. Espero que haya sido un error.” Este momento es el más difícil de las mañanas, buscar las llaves de la entrada, mientras elijo mentalmente que libro llevar. Esa es una de las razones por la cual no tengo auto, las piernas libres y una lectura alegre. Pienso en Eric el personaje principal de Cosmópolis, atraviesa la ciudad en una flamante limusina blanca no le importa el tráfico, ni los embotellamientos que se provocan; esos mismos en los cuales constantemente me veo; pero a Eric le da igual, le importan sus propios deseos y la satisfacción a toda costa de estos… La soberbia, similar a una infección venérea, ya infectado sufres por quitártela, ya curado sufres de vergüenza.
¿Pero que tan seguro es que vuelvas a estar sano? ¿Qué desayunare? ¿Don DeLillo con Cosmópolis? ¿Desayuno o me largo? ¿O La araña de Clarice Lispector? ¿O Condorito? ¿Por qué esta de moda ser caníbal? ¿Por qué la apatía no es un riesgo de trabajo? ¿O la depresión? ¿Por qué no me preparo un vodka y me doy una sobredosis del cine de Jim Jarmusch? ¿Por qué Pix? ¿Por qué los invisibles no escriben? Nómadas es una colección de editorial Amorrortu que publica algunos ensayos, conferencias y entrevistas. Libros de pequeño formato entre los cuales se busco minuciosamente rastro de la autora de este escrito. En el mismo sitio se encontró la lista del súper que siempre olvidaba…pero de ella nada.LISTA DEL SÚPER 1 ejemplar de “La pobreza “de Martin Heidegger 100 gr. de marihuana 1 ejemplar de “La llegada de la escritura” de Héléne Cixous 2 Kg. de limón 1 ejemplar de “El complot del arte” de Jean Baudrillard Arroz y pan tostado y negro y de queso y con especias. 1 ejemplar de “La mirada del retrato y la representación prohibida” de Jean-Luc Nancy Lubricantes 1 ejemplar de “El mal” de Paul Ricoeur” Aceites para masajes y aceite de Ricino

agosto 08, 2007

Y con ustedes...

Las sabanas húmedas de
soledad y hastió se despegan melancólicas de mi jodido cuerpo.
La cabeza me gira cual caballito de feria pueblerina.

Una contracción en el abdomen me obliga a arquearme repentinamente y como resultado: un collage acuoso color rosa aparece a un costado de mi cama, cercando la punta de agujeta de esos tennis negros a rayitas blancas que me fascinan, figúrese usted un cuadro juvenil de Kandisky.

Me tumbo nuevamente en la cama y aspiro profundamente. Me ilusiona la idea de imaginarme que es aire fresco lo que entra en mis cavidades nasales.

Restos de nieve blanquecían hacen un mínimo efecto en mi cerebro, definitivamente muy tarde.

Mi capacidad de retención de eventos no deseados y hechos a base de la inconciencia de mis actos es tan increíble como la triste historia de la cándida Heréndira y su abuela desalmada de tal autor, en la edición tal, de tantas hojas y de tal año, en una tal reimpresión… ¿Que decía de la retención de datos algunos innecesarios y otros tantos nunca utilizables!

Una descarga de lucidez en mi cabeza, en perfecta sincronía con la transformación de mis ojos en plato de ensalada tamaño gigante, hace que salte cual gusarapo con sal en la panza, solo para estrellarme con la puerta y darle la bienvenida a modo de presentación de circo pueblerino:

¡Con ustedes señores, ex – señoritas, puercos- vomitones, niños y niñas defin!

(Redobles de tambores y cornetas uniformes, serpentina y escarlatina y en la tina la niña ahogada que ni a tapar el pozo alcanzo de la prisa de ahogar el grito.)

¡Laaaaaaaaa cuuuuuuuulllllllpaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

¡Si, la culpa! Esa perra que ya me había abandonado y que ni mal recuerdo tenía yo de esa prematura y urgente separación.

Y míreme aquí formando parte de mi collage rosita que del salto y del grito similar al de la niña ahogada y a estas alturas ya aguada; ni cuenta de donde pisaba; pero eso si con los pies bien puestos y aunque la cabeza cargada de ediciones, confusiones y desilusiones obsesas: eso sí, muy mías. Me enfundo en unos jeans sucios, sacudo la agujeta; ahora rosita; y emprendo la retirada de esta habitación. Me voy despacito, como quien no quiere ni escucharse a si mismo, pienso en tocarle a aquella que me soporto toda la noche las mordidas y arrimones, me controlo la exigencia, la poca agudeza y es que aunque flaquita, es bravísima.

Ni excusa a mi atrevidísimo comportamiento ante semejante fémina; y es que solo de mirarla, auque sea de reojo te enciende las pasiones y no pides, le suplicas que te deshaga en la cama, en la hamaca o en donde quiera y deje; pienso en aventarme del balcón o esconderme en un cajón, aunque hay algo peor: la hora del checador.

“Este consomé le va a levantar hasta el alma”.

Me ilusiona la idea de que estas palabras tengan una pizca poética, no reparo ni en los acentos, ni en las muletillas, ni en el tiempo. Me pido otra chela sin premura laboral, para pasarme lo enchilada y aunque apenada y retardada, desayunada me siento menos rara y hasta le tengo fe a las palabras del compadre.

Miro el cielo. ¡Que bonito se ve el sol!