marzo 07, 2008

Arashi

Loading... La cabeza rodó por el suelo pulcramente pulido, el sake se mezcló con la sangre y este con sus lágrimas. El olor penetraría en su memoria y se quedaría ahí para siempre. La misión estaba cumplida. Ahora Kiooko, sería la espía secreta más peligrosa y bella de Japón. Play - Conserve su ticket en caso de devolución; la librería agradece su compra. Gracias. - Tomó la pequeña bolsa amarilla y salio por la puerta principal. Veinte minutos más tarde, saboreaba un vodka-tonic mientras en el televisor del bar se anunciaba la muerte de un famoso y pervertido cardenal en los baños de reconocida librería al sur de la ciudad de México. -¡Que seguridad del asco! Mira que matar a ese imbecil masturbandose.- Dijo uno de los tipos que rellenaban la sala del bar, otro de ellos rió estrepitosamente, su mano hizo una seña de amor y paz o saludaba a alguien o tal vez solo quería dos bebidas más. No nos vamos a detener en su estupido comentario...aunque tal vez tuviera razón. En tiempos donde la incertidumbre reinaba y donde nadie notaba nada y si lo notaban daba igual, nadie hacia nada por el otro. Nadie había notado la sonrisa diluida de Amme mientras el monitor transmitía la noticia. Nadie había notado que en la librería los cables de electricidad estaban derretidos con cera de campeche y el sistema de monitores mantenía una partida de pac-man, justo cuando la energía se redujo a un veinte por ciento de su capacidad, generando que dos minutos y treinta segundos después, la planta de energía emergente se activara. Tiempo necesario para que, un par de chicos salieran por la puerta principal con un par de revistas, en la cafetería del segundo piso, otro par se pusiera dos bolas extras de helado sin pagarlas y una mujer vestida de negro hasta el alma, entrara al sanitario de hombres con una magnum automática, silenciador integrado y matara al hombre de un solo disparo en medio de sus ojos aceitunas. Dos minutos y treinta segundos, tiempo suficiente. Pausa Fastidiada dejo un billete sobre la barra y salio del bar. Enfilo sus pasos rumbo al barrio chino, pensó en otro trago, en otro bar, en otra ciudad, en otra gente. Daba igual. Todo era la misma porquería, todo estaba impregnado de miseria humana, todos era utilería para sus sentidos. Dio vuelta en la Mascota, una niña obstruía la entrada y en sus manitas yacían dos galletas de la suerte, que ofreció a Amme. ¡Para la suerte señorita! Algo se revolvió en su interior, tomo las galletas e indiferente a su emoción entro al restaurante chino. Una nueva cita la esperaba, lo que menos necesitaba era anunciarse.
Play otra vez
La moto llegaba directamente a la playa. Amme odiaba los lugares turísticos. El sol lastimo sus pupilas obligándola a parpadear, en ese parpadeo recordó el piso húmedo a orín de la cantina donde había permanecido escondida por más de ocho horas, la sonrisa preocupada de la niña y el texto ensangrentado: “Disimula y piensa, disimula” se volvieron por novecientos sesenta minutos todo su mundo… Amme tragaba con indiferencia el salmón, sus sentidos se agudizaban convirtiendo el movimiento de su boca en algo mecánico, el resto del bocado lo paso con vino y recorrió la playa fuera del Mayan Palace; era un lugar respetable para estirar las piernas y enjuagarse la sangre seca de la memoria. Las misiones que llevaba a cabo, cada vez le causaban más hastío, pero este trabajo era más divertido que cualquier otro, disfrutaba matando. Se mataba un poco cuando lo hacia. Sentía. Alguna vez pensó en ser escritora, pero en ese y en este tiempo también, había muchos escritores y pocos libros que leer. El frió del metal entre sus dedos la excitaba. Había estado inactiva envuelta en sus miserias, esta misión seria la ultima. En la sala privada del hotel se llevaba a cabo una importante convención; se firmaban alianzas de paz que decidirían el futuro de sus países; después, se haría un pequeño refrigerio en cierta parte de la playa. Un par de horas después estaría instalada nuevamente en Japón escribiendo kanjis sin sentido. ¿Que la podría detener? No existía en este país alguien tan perfectamente pulcro en el arte de matar que ella: Amme. La seguridad esta vez tendría sus aciertos. Track averiado -El tiempo no cura las heridas, pero espero que aún no sea demasiado tarde para pedirte una disculpa.- La voz infecto los oídos de Amme y los recuerdos nublaron su memoria, por un momento la brisa quebró su cuerpo y las partículas la trasladaron a la sala de su casa en Okinawa, Japón. Una nota salpicada de sangre y el cuerpo degollado de su pequeña hermana era la imagen que definiría su vida a partir de entonces: ”La sangre de los débiles sacia la sed de los fuertes, mi corazón ha muerto en este lugar...Kiooko.” – ¡Cuando tenga tu corazón en mi mano, lo pensare, pues la sola idea me excita!- Una leve sonrisa dibujo el rostro de Kiooko ante la respuesta. – Si fuera tan vano, yo misma me lo sacaría y te lo daría en ese momento no compendia lo que significaba el dolor de la perdida de un ser amado. Cierto mate a tu hermana. Pero era la prueba de dolor, la prueba final del entrenamiento. Y tu, no la pudiste cumplir. - Amme sintió La sangre inyectando sus ojos y el gélido vaho de la muerte recorrió su nuca, tiro el arma enfrente de kiooko y se sumergió en sus ojos, comprendió que por este momento su vida tenia sentido, había vivido esperando morir en los brazos de la única persona que odiaba tanto como amaba y supo que el lazo de su amistad era tan intenso que la muerte únicamente lograría sellarlo por la eternidad. Kiooko le devolvió el favor desenfundado su Kodachi y colocadola sutilmente a sus pies. Un silencio sepulcral inundo la playa, esa noche la luna se tiño de rojo y entristeció por la muerte de su hijas.

febrero 20, 2008

Insomne

Un: ¡Te­ngo sueño! Maúlla mi gata. Frota su lengüita en mi cuello y luego de puntitas se va a acurrucar en mis piernas y apenada cierra los ojos.
Esto se ha repetido durante ¿Tres? ¿Cuatro? Perdí la cuenta de los dias…
“El insomnio, esa fiel compañera que sienta todas mis noches al pie de mi cama”.
Poético lema que repite mi mente como un mantra maldito.
Esta luna siempre afecta una parte de mí que no puedo controlar.

Suspiro y el sonido intimida el silencio nocturno.

febrero 13, 2008

Pavimento y primavera

Uno hace poemas que después se quedan atorados en la coladera de la memoria. Alguna vez hice un poema del 14 de febrero, que no es este. Un poema sonrojado para entretener la espera del mero empalagoso. Pavimento y primavera. Calles de la ciudad de México. Me absorben la cordura, ahí voy, voy: dejando pisadas de fuego. Quizás así se calcine tu recuerdo. Calles de esta o cualquier otra ciudad.
Ahí voy, voy: transitando despistada, buscando sin saber que. Observando las ratas nerviosas y su danza nocturna. Quizás en esa cantina me encuentre o de suerte tan solo me beba un tonic. Quizás en aquella esquina me encuentre o quizás no estuvimos. Tal vez sea en vano. Tal vez pase a ser un recuerdo que escupiste en algún resquicio de esta ciudad. Veo una puta que me lanza una mirada de fastidio... Sigo mi camino nublado. Más adelante, me encontraré al borracho de la esquina de Madero y antes de que pueda prender el último cigarrillo, la señora con el delantal manchado de primavera me ofrecerá flores podridas de amor. Inhalo el humillo, les sonrió a todos y me alejo de su espacio.
Abordo el último vagón del metro. Nos traga furioso el túnel, descanso la mirada en algún punto imaginario y ya no pienso en ti. Nos escupe en Tlalpan, me dejo envolver por las luces de los hoteles y las señales de transito. Te mando un beso por la avenida mas grande que he cruzado, espero no se lo trague la noche. Chilla, puta. Emmiux!
Foto cortesía de Luis Alberto Meza

octubre 18, 2007

Elfriede Jelinek y más palabras.

Algo inesperado. Esta mañana; cuando me levante del roído sillón donde mí comprimida humanidad permaneció toda la noche; me dolían las nalgas, el sentido común y la creatividad. Cerré mi Lap top y camine entumida hacía la ventana, un perro miaba sobre la llanta del automovil de mi vecino, el sol se incorporaba imponente en el cielo y me dio la sensación de que estaba a punto de desaparecer. Finalmente: la mañana me había sorprendido. Inevitablemente: la ciudad empezaba a murmurar su caótica cotidianidad. Me serví jugo de naranja en el único vaso limpio que había quedado el fin de semana, mire el reloj…esta vez sería sin vodka. Tenia un poco menos de cuarenta minutos para unirme al enjambre de abejorros del proletariado que mantenían esta ciudad en el sistema. La regadera escupía borbotones de agua fría sobre mi cuerpo, suspire resignada, que más da. Doris Lessing había esperado 30 años por el Nóbel, por que no esperar una semana más a los desgraciados del gas, hay alguien que sigue ahí sentado con la mirada extraviada esperando a Godot.
Veinte para las nueve y yo seguía entumida, una sensación de envidia me recorrió la espalda al ver al gato dormido placidamente sobre varios libros que había adquirido el fin de semana. “La palabra disfrazada de carne” un libro de ensayos de la austriaca Elfriede Jelinek en torno al poder de la palabra, la incapacidad del lenguaje, el abuso de la lengua, el fanatismo religioso, la fascinación por las tradiciones filosóficas y literarias en la lengua alemana, la mujer. El discurso de recepción del Nóbel; podría dejar de ir a trabajar por quedarme a leerlo, incluso, aquí desnuda y con el culo entumido; también habla de David Lynch cine y Franz Schubert. Es una editorial independiente: Gato Negro la editorial que tiene los derechos de estos textos y esta a cargo de Herwig Weber. Quince minutos para las nueve y yo sin calcetines. ¿Se los habrá llevado Pix? FUENTE: http://milentedentrodeunvasoconvodka.blogspot.com/ «þì×ïè_©_Ðùrðëµ» Administradora del famoso grupo virtual ¤♀¤ £l ©ïrÇø ìµvi§ißlê ¤♀¤ ® en una reunión con su administrador adjunto el pasado fin de semana roba preciado calcetín de Emmiux! “No paraba de olerlo y no quise ser mala anfitriona, creí era necesario para el bien del grupo…No quisiera tomar represalias en ningún sentido, pero es algo que me ha dolido profundamente. Espero que haya sido un error.” Este momento es el más difícil de las mañanas, buscar las llaves de la entrada, mientras elijo mentalmente que libro llevar. Esa es una de las razones por la cual no tengo auto, las piernas libres y una lectura alegre. Pienso en Eric el personaje principal de Cosmópolis, atraviesa la ciudad en una flamante limusina blanca no le importa el tráfico, ni los embotellamientos que se provocan; esos mismos en los cuales constantemente me veo; pero a Eric le da igual, le importan sus propios deseos y la satisfacción a toda costa de estos… La soberbia, similar a una infección venérea, ya infectado sufres por quitártela, ya curado sufres de vergüenza.
¿Pero que tan seguro es que vuelvas a estar sano? ¿Qué desayunare? ¿Don DeLillo con Cosmópolis? ¿Desayuno o me largo? ¿O La araña de Clarice Lispector? ¿O Condorito? ¿Por qué esta de moda ser caníbal? ¿Por qué la apatía no es un riesgo de trabajo? ¿O la depresión? ¿Por qué no me preparo un vodka y me doy una sobredosis del cine de Jim Jarmusch? ¿Por qué Pix? ¿Por qué los invisibles no escriben? Nómadas es una colección de editorial Amorrortu que publica algunos ensayos, conferencias y entrevistas. Libros de pequeño formato entre los cuales se busco minuciosamente rastro de la autora de este escrito. En el mismo sitio se encontró la lista del súper que siempre olvidaba…pero de ella nada.LISTA DEL SÚPER 1 ejemplar de “La pobreza “de Martin Heidegger 100 gr. de marihuana 1 ejemplar de “La llegada de la escritura” de Héléne Cixous 2 Kg. de limón 1 ejemplar de “El complot del arte” de Jean Baudrillard Arroz y pan tostado y negro y de queso y con especias. 1 ejemplar de “La mirada del retrato y la representación prohibida” de Jean-Luc Nancy Lubricantes 1 ejemplar de “El mal” de Paul Ricoeur” Aceites para masajes y aceite de Ricino