mayo 25, 2007

The end...¡Otra vez!

“Quédate con tu morfina, tu mierda y las noches que te di.” Apague el cigarro dejando una nube que nos impedía ver nuestros rostros, baje del auto lentamente y me cruce la calle. El semáforo estaba en verde. Con cada fin, se pierde algo en mí. El cinismo avanza como una gangrena, antes lloraba, después me drogaba, ahora solo bebo y rió frente al espejo. La tarde muere lentamente, termino el vodka de un trago y salgo de este bar. Afuera llueve y los gorriones están en silencio, mis manos en los bolsillos vacíos siguen frías. El cigarrillo se ha apagado por una gota de agua traviesa. No me fijo en las charcas, ni en los vagabundos. No huelo la tristeza citadina, ni mi hedor a soledad. Las calles devoran mis pasos. Llueve mas fuerte, los lentes empañados, lagrimas de lluvia, miradas vaporosas. Cruzo la calle y me meto en la primer cantina de la izquierda, la segunda de esta misma calle apesta. Con trago en mano, empapada, voy a la rock ola y pulso play. Comienzo a cantar a duo con Edith Piaf: “Non, Je Ne Regrette Rien”

2 comentarios:

La ninfa vouyerista dijo...

Señorita, señorita, mira que no puede abonar mucho mi comentario, son las 11:47 de la noche, sigo cruda, no he hecho mi tarea de hermenéutica, y sigo pensando que tengo problemas con mi alcoholismo social...

En mi caso, mi gangrena no es el cinismo, sino la apatía.

Le mando un beso tronado y muy buenas noches.

Emmiux dijo...

Ni a cual apostarle más. Recibo gustosa el apapacho y por favor bébase despacito un vodka mientras piensa en otras cosas de más prioridad, que su alcoholismo social. A veces bebo para divertirme a pesar de que la gente con la cual bebo no sea interesante, otras veces, por que el desgaste de la realidad me esta carcomiendo la cordura, pero siempre, siempre por placer.
“No se si la bebida, me lleva a la locura; o la locura me lleva a la bebida”